En abril de 2018 se acaba de conocer la propuesta de la Comisión Europea sobre los presupuestos europeos para el período 2020-2027, conocido como marco financiero plurianual, dentro del cual se desvelan una reducción de fondos de un 5% para la agricultura y del 7% para los fondos de cohesión. En el caso de la PAC en general se enmarca en la tendencia a la reducción de las ayudas; pero del inicial recorte del 30% del presupuesto, finalmente se quedará en una reducción de apenas el 3’9%. Para España un 3’5% de reducción global, pero afectará a una reducción del 10% en el segundo pilar de Desarrollo Rural. En los documento se plantean que el 25% de las ayudas tendrán que estar vinculadas a medidas de reducción de emisiones de Gases de Efecto Invernadero, y habrá más condicionantes ambientales y más ayudas a pequeños agricultores (en el papel pero con libertad para que los estados lo interpreten).  En términos prácticos, la posibilidad de financiar procesos de desarrollo agroecológico desde los municipios y las comunidades locales se sigue reduciendo, y se mantiene la responsabilidad de hacerlo desde los presupuestos propios de los ayuntamientos.

Hasta la fecha, desde su presentación oficial en 2012, ninguna de las 35 entidades locales asociadas en la Red TERRAE ha tenido acceso a ayudas de Desarrollo Rural para financiar escuelas de emprendimiento, formación en agroecología o apoyo al desarrollo de marca o mercadillos de km0.

Sin embargo desde el año pasado como Red TERRAE estamos participando en la ejecución de experiencias piloto en 2017-2020, en Extremadura (en el programa de Extremadura 2030), en Madrid (vía Grupos Operativos Potenciales organizados por IMIDRA), y a escala estatal en el Grupo operativo CACOMER centrado en la dinamización de circuitos cortos, además de intervenir directa o indirectamente en otras convocatorias.

Los grupos operativos de la red EIP-Agri financiados por la Unión Europea consisten en un trabajo de cooperación con varios socios con interés común en un proyecto específico, en el que se combinan prácticas, experiencias e investigaciones para compartir los resultados de las experiencias piloto para implementar en los futuros Planes de Desarrollo Rural de la próxima década.

Desde TERRAE estamos embarcados en una agenda intensa de trabajo, de reuniones con diferentes entidades: agrupaciones de productores, centros de investigación, asociaciones de consumidores, universidades, expertos, municipios interesados en participar, emprendedores,… algunos de estos proyectos tras su fase inicial de arranque podrán desarrollarse durante los próximos tres años.

Con estos proyectos estamos explorando desde Red TERRAE diferentes experiencias piloto relacionadas con el banco de tierras, y red de guardianes de semillas (proyecto red de banco de recursos comunitarios Extremadura 2030), la creación de escuelas itinerantes de agroecología para asentar nueva población rural en clave agroecológica (proyecto ItíNERA), facilitando los circuitos cortos (proyecto Madrid Km Región), estudiando la agroecología como vía de desarrollo rural (Proyecto AgroecologiCAM) o apoyando el agrocompostaje (proyecto Agrocompostaje profesional).

¿Qué posibilidades tienen de futuro estas innovaciones en materia agroecológica que impulsa Red TERRAE de implantarse en la próxima década?. En términos cuantitativos un 10% menos de posibilidades de ser financiadas. Hay más demanda y menos recursos. Si bien es cierto que en última instancia las políticas de apoyo a la agroecología dependen también de que se implementen nuevos indicadores de eficiencia en la creación de empleo, y especialmente de autoempleo (ese precario emprendimiento o emprecariado agroecológico) enmarcado en decisiones y formas de vida más sencillas y seguramente más dignas (depende de cómo te lo tomes y afrontes).

En este escenario futuro las ayudas a los Estados Miembros va a depender más del desempleo y de la exposición a las migraciones y refugiados económicos que del PIB de los Estados, como había venido siendo habitual, podemos interpretar que los indicadores de empleo y sociales serán teóricamente más determinantes de lo que han venido siendo. Con sólo un 3% de población activa agraria y un 20% de desempleo en las ciudades, parte del esfuerzo de innovación de Red TERRAE en 2018-2020 se centra en buscar dar salida, aportar tierras, formación y estrategias de comercialización a un importante colectivo de personas excluidas laboral y económicamente de otros sectores de actividad industrial o de servicios, muchas de ellas sueñan en el campo y la producción de alimentos como una forma más sencilla y más digna de vida. Muchos de nuestros pueblos están perdiendo población, y acompañar y apadrinar este asentamiento de nuevos agricultores agroecológicos es una de las misiones que el momento histórico y la crisis social requiere.

Como sabemos bien el enfoque agroecológico libera a los productores de la dependencia de unas ayudas que de todos modos no tienen. La PAC insiste en mantener el apoyo a los agricultores convencionales, ya en activo, que en ayudar a una nueva generación de producciones agroecológicas y de proximidad. Para avanzar en este objetivo la PAC no ha sido necesaria, y seguirá sin serlo. La creatividad y el tesón político y técnico de los socios de la Red es la clave de las políticas agroecológicas locales que muchos están construyendo y liderando en sus municipios.

Así mismo la Red TERRAE viene participando en el Foro de Acción Rural en el que, junto con otras organizaciones de diversos ámbitos, hemos elaborado un documento de posición con medidas y propuestas ante la futura reforma  de la PAC.

Por otra parte, la intensa e importante participación de aportaciones, experiencias, proyectos, iniciativas aportadas por un gran número de profesionales, investigadores que hemos compartido en el VII Congreso Internacional de Agroecología celebrado en Córdoba a finales de mayo nos mantiene en la certidumbre que la apuesta agroecológica puede dar respuesta a muchos de los retos para los territorios, y más aún si estos asumen su gobernanza agroecológica desde el municipalismo, aunque la Política Agraria Común aún esté lejos de estos planteamientos.